10 nov 2013

Lo importante no es el final

A veces me pregunto, varias veces, por qué la gente se queja tanto de los finales. Es normal que alguno no te llene, o que desearas que hubiera sido diferente, o quizá desearías cambiarlo un poco. Pasa. Es normal. Quizá porque no te gusta la pareja del protagonista, o porque desearías revivir a alguien que el autor mató, o porque desearías juntar a dos personajes que acabaron con medio continente de distancia, sin embargo, me he dado cuenta de que últimamente la gente se queja masivamente de los finales de las trilogías, de las sagas y de cualquier libro en general.

Muchas veces, porque desean finales felices. En especial para sus personajes favoritos. Únicamente.

¿Por qué es tan difícil aceptar que no todas las historias tienen finales satisfactorios para todos? Porque el final lo pone el autor, sí, y, recordando el consejo que me dieron una vez («fíjate en cómo quiere la gente que acabe y hazlo todo al revés»), me pongo a pensar que los autores son unos hijos de su madre. Pero, como una persona que ha escrito reconozco que no es del todo verdad. EL autor hace lo que cree con sus personajes y todos…

… bueno, se aguantan. Son felices o tristes, o se quejan, o amenazan de muerte al autor o tiran el libro por la ventana o le ponen un altar. Qué sé yo. Hacen lo que consideran más adecuado.

Me ha puesto ha pensar, por ejemplo, el final de Requiem, que es odiado por todo el mundo (o casi todos, porque hay muchas excepciones) porque no deja en claro algunas cosas, o el final de Divergente, que no me voy a poner a contar. La gente en general odia los finales abiertos, los finales tristes, los finales llenos de tragedia… ¡Vale, ya, todos los finales que no son felices!

Pues bien, a todas esas personas que odian un final, déjenme decirles algo: resulta que lo importante, no es como acabe la historia. El final es sólo para cerrar el ciclo, o dejarlo abierto y que te odien un poco. Lo importante no es el final, o el principio, o que el personaje que te gusta acabe con su pareja ideal, o que todos sean felices.

Lo importante, realmente, es La Historia. Con mayúsculas. En grande.

Porque es la historia la que hace que te enamores de esos personajes de los que te enamoraste. El final es sólo una consecuencia más.

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