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21 feb 2014

Reseña: Matilda, de Roald Dahl

Título: Matilda.
Autor: Roald Dahl.
Año de publicación: 1988.

Sinopsis: Matilda es genial. Sin haber cumplido los cinco años ha leído ya a numerosos autores y atesora unos asombrosos conocimientos. Sus mediocres padres, sin embargo, la consideran una inútil. Por eso decide desquitarse. Y cuando empieza a ir a la escuela y se enfrenta a la terrible señorita Trunchbull, entonces la niña hace algo maravilloso...

Los niños sin difíciles de acercar al mundo de las letras, de los libros, del aprendizaje en general. Así pues, en esta ocasión vengo a presentarles una obra conocida mundialmente y que, gracias a su sencillez y sus simpáticos pasajes, puede ser una de las primeras lecturas de los seres más pequeños a su alrededor (un hermano, un primo, incluso ese chiquillo algo molesto al que quizá deban hacerle de niñera).

El autor nos introduce en la vida de la familia Wormwood, que vive en un pueblo inglés de lo más simplón. El matrimonio Wormwood tiene dos hijos, un chico llamado Michael y una niña, Matilda, a la que apenas prestan atención. Ni siquiera cuando Matilda da muestras de ser extremadamente brillante, pues entre otras cosas, aprendió a leer y hacer cuentas sin que nadie le enseñara.

Sin embargo, los padres son rematadamente tontos, incluso sin ser comparados con su talentosa hija, y ella no tiene más remedio que aguantarlos de alguna manera, lo cual consigue "castigándolos" de vez en cuando, aunque la mayoría de la gente pensaría que lo que les hace son bromas inocentes. Por un tiempo, la vida de Matilda está entre esas personas que apenas la toman en cuenta y la biblioteca, a donde acude a proveerse de libros. Después, entra a la escuela, a la clase de la dulce señorita Honey, pero también conoce de cerca a la directora, un monstruo de mujer (tanto por tamaño como por carácter) llamado Agatha Trunchbull.

Seguro más de un lector empedernido se ha sentido como la pequeña Matilda, transportado a lejanos sitios gracias a la magia de las palabras. Que sus padres no lo entiendan o peor aún, que lo consideren un defecto, es algo que a muchos no les pasaría por la cabeza, dado que en la historia, el que Matilda aprenda a leer antes de los cinco años demuestra lo inteligente que es... y que su familia ignore por completo semejante cosa es, cuando menos, desagradable.

—No les he contado todo —dijo —Matilda, por lo que he podido advertir hasta ahora, es también una especie de genio matemático. Multiplica mentalmente cifras complicadas, como el rayo. 

—¿Para qué sirve eso si uno puede comprarse una calculadora? —preguntó el señor Wormwood. 

—Una chica no consigue a un hombre siendo inteligente —dijo la señora Wormwood —Mire, por ejemplo, a esa actriz —añadió, señalando la muda pantalla del televisor, en la que un apuesto actor abrazaba a una actriz pechugona a la luz de la luna —No creerá usted que lo ha conseguido haciendo multiplicaciones, ¿no? Probablemente no. Y ahora él va a casarse con ella, ya lo verá, y va a vivir en una mansión con un mayordomo y un montón de criados. 

La señorita Honey apenas daba crédito a lo que estaba oyendo. Había oído que existían en el pueblo padres como aquellos y que sus hijos acababan siendo delincuentes y marginados, pero para ella fue un choque conocer un par de ellos al natural.

Por otro lado, la gente que comienza a conocer Matilda una vez que entra al colegio resulta un poco más agradable. La señorita Honey, la profesora, es una de esas personas amables y melancólicas a las que los niños acaban queriendo: ella sí nota el talento de Matilda, pero no consigue gran cosa sobre mandarla al curso superior cuando habla con la directora, la temible señorita Trunchbull, ex atleta olímpica y enemiga jurada de los niños pequeños. La vida de Matilda va hacia un rumbo nuevo, pero deberá pasar por algunas cosas antes de tener su final feliz.


Sobre el autor.

Roald Dahl (nacido en Cardiff, Gales, el 13 de septiembre de 1916) fue un hombre ingenioso, divertido y dotado de una explosiva imaginación que está considerado como un indiscutible maestro de la literatura infantil. Uno de sus libros más famosos, Charlie y la Fábrica de Chocolate, obtuvo el primer puesto en una encuesta realizada por el Sunday Times para elegir los diez mejores libros para niños de todos los tiempos. Murió en Oxford el 23 de noviembre de 1990.

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