16 abr 2014

Reseña: «Cien años de soledad», de Gabriel García Márquez

Título: Cien años de soledad.
Autor: Gabriel García Márquez
Año de publicación: 1967.
Sinopsis: Seguimos a los Buendía, familia sobre la que pesa la sentencia de que si se casan entre primos, los hijos nacerán con cola de cerdo, desde que nace su pueblo, Macondo, hasta que sobre ellos cae el peso no solo de la sentencia antes mencionada, sino también las más diversas vicisitudes que, por lo visto, no los dejarán vivir en paz.

Pocos son los autores latinoamericanos que alcanzan prestigio de manera internacional y más aún cuando se atreven a incurrir en el realismo mágico, una especie de subgénero literario en el cual, las cosas cotidianas conviven sin dificultad con el misterio y varios hechos inexplicables. Pero García Márquez se atrevió y ahora algunas de sus obras son referencia para varios autores, dando a entender que leer a este hombre es casi una obligación, sobre todo tratándose de su novela más famosa.
El inicio de esta historia no puede ser más intrigante. Habla de un coronel Aureliano Buendía, de que recuerda algo ante el pelotón de fusilamiento y el mentado recuerdo es de cuando su padre lo llevó a conocer el hielo. Creemos, así, que quizá el coronel nos narrará algo de su vida antes de morir, pero de repente la novela nos lleva de la mano por una época anterior incluso a la vocación militar de este hombre, y comenzamos a conocer, desde el inicio, la formación de la familia Buendía.
En cierto sentido, se considera esta obra un tanto extraña, debido a los giros y a las numerosas explicaciones que se dan y que, por alguna razón, parecen dar vueltas y vueltas, como repitiendo algo que ya se sabía, lo que no suena tan descabellado. Nos topamos con una familia compleja desde su "fundación", pues los patriarcas, José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán, se casaron aún con la sentencia de sus parientes de que, por ser primos, sus hijos no podían nacer bien. Entre una cosa y otra, ellos dos y unos cuantos más salen de su lugar de residencia y se lanzan a la aventura, queriendo llegar al mar pero sin alcanzarlo, hasta que desisten de viajar sin rumbo y se plantan en lo que, poco después, sería el pueblo de Macondo, escenario de todas las idas y vueltas de los Buendía: hijos, nietos, bisnietos e ilegítimos. Hay para todo.
Hay que tener paciencia de santo no solo para hacerle buena cara a algunos detalles de la novela (como la clara insinuación del incesto desde el comienzo), sino para acordarse de quién es quién: la familia Buendía, entre sus peculiaridades, tiene la de repetir nombres, por lo que su genealogía está llena de varios "José Arcadio" y "Aureliano", y eso porque las mujeres no abundan allí. Si no prestas la debida atención, esa costumbre puede trastornarte un poco, aunque no creo que tanto como los Buendía, que para todo lo que les pasa, ya tienen bastante.
—He venido al sepelio del rey.
Entonces entraron al cuarto de José Arcadio Buendía, lo sacudieron con todas sus fuerzas, le gritaron al oído, le pusieron un espejo frente a las fosas nasales, pero no pudieron despertarlo. Poco después, cuando el carpintero le tomaba las medidas para el ataúd, vieron a través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas. Cayeron toda la noche sobre el pueblo en una tormenta silenciosa; y cubrieron los techos y atascaron las puertas, y sofocaron a los animales que durmieron a la intemperie. Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro.

Sobre el autor.

Gabriel José de la Concordia García Márquez (Aracataca, 6 de marzo de 1927), mejor conocido como Gabriel García Márquez, es un escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Es conocido familiarmente y por sus amigos como Gabito (hipocorístico guajiro para Gabriel), o por su apócope Gabo desde que Eduardo Zalamea Borda, subdirector del diario El Espectador, comenzara a llamarle así.
Está relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida, la novela Cien años de soledad, es considerada una de las más representativas de este género literario e incluso se considera que por su éxito es que tal término se aplica a la literatura desde los años setenta. En 2007, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta novela (cuya portada se muestra en la presente entrada), por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos.
Es famoso tanto por su genio como escritor así como por su postura política. Su amistad con el líder cubano Fidel Castro ha causado mucha controversia en el mundo literario y político.
A la fecha de publicación de la presente entrada, se tienen noticias de que el escritor se encuentra convaleciente de una larga enfermedad en su residencia de la Ciudad de México.

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